La segunda jornada del clásico ciclo de Godoy Cruz, contó en su segunda jornada con visitas de distintos rincones del país y el talento local. El mendocino Walter Ulloa compartió su arte y mensajes cargados de compromiso con Morenilla y Casimiro y Verónica Condomi, hasta llegar al broche de oro con una histórica actuación de Luis Salinas.
El festival Cantar Opinando tuvo el pasado fin de semana su séptima edición en Godoy Cruz. Fueron dos noches donde hubo visitas de distintos rincones del país y el talento local.
En la segunda noche Luis Salinas y el mendocino Walter Ulloa compartieron su arte y mensajes cargados de compromiso junto a Morenilla y Casimiro y Verónica Condomi, hasta llegar al broche de oro con una histórica actuación de Luis Salinas.
El recital se desarrolló en dos escenarios, la Biblioteca + Mediateca, con la presentación del nuevo material de la reconocida intérprete Cristina Pérez y las tradicionales instalaciones del Teatro Plaza, que vivió un espectacular cierre del Festival que, durante siete años, viene ofreciendo una propuesta cultural que va más allá de la música.
Cristina Pérez presentó el disco Fuegoiagua, con melodías sensibles de paisajes, caminos y memorias ancestrales.
La alegre energía del dúo Morenilla y Casimiro fue iluminando las tablas, esta vez, del Teatro Plaza. Levantando en alto la bandera de la independencia y la autogestión, estos músicos han hecho de cualquier lugar de la ciudad su escenario. Toques de reggae y sonidos de la América Grande se fueron desprendiendo de sus dos discos, “Esferas” y “Canciones vivas”, en una presentación en la que Morena De Lisi y Mauricio Gutiérrez dieron rienda suelta a canciones en su estado más puro, entrelazados en un dúo de voces con guitarra, percusión, accesorios y kazú que los fue llevando a un trance de sonidos conectados a lo espiritual y la naturaleza.
Santiago Servera (percusión); Joaquín Guevara (guitarra) y Rodrigo Botacaulli (bajo) fueron los músicos elegidos para acompañar la voz robusta de Walter Ulloa. Su dominio de la melodía le permitió ir acercándose a la música cadenciosa de raíz folclórica y Latinoamericana de su disco, “Préstame un sueño”, según sus propias palabras, “un viaje sonoro que comienza en Mendoza y termina en el Caribe”. Este cantautor local, con una amplia experiencia como cantante y coreuta y una sólida formación académica, fue entretejiendo apacibles atmósferas sobrevoladas por cuecas, gatos, murga y festejo peruano, con temas de propia autoría y las palmas del público como infaltable acompañamiento.
Música para volar
Un estudiado juego de complicidades se fue decantando lentamente cuando la arrolladora voz de Verónica Condomi y el sutil piano de Pablo Fraguela comenzaron a materializar las composiciones que conforman “Camino de estrellas”, el nuevo disco que los vincula como dueto creativo.
Con la chacarera “De los días, los más lindos”, el canto fue ganando profundidad y sutileza, apoyado en una conexión casi mágica y en un material donde se encuentra una gran compromiso con texturas sonoras provenientes de distintos ámbitos. Tras varios años de no pisar tierras mendocinas, una de las cantantes y compositoras más importantes de nuestra música popular, pieza clave de MIA (Músicos Independientes Asociados) y MPA (Músicos Populares Argentinos) revitalizó gran parte de su historia y demostró que su canto, inquebrantable, está más vigente que nunca.
Con el primer rasguido de las cuerdas, el silencio del público fue absoluto, como si nadie quisiera perderse el más mínimo detalle del maestro Luís Salinas y su dialogo silencioso con su compañera de seis cuerdas. La maestría y delicadeza de este enorme intérprete de nuestra música comenzó a evidenciarse apenas se subió al escenario. Su voz y su original capacidad interpretativa fue atravesando la última performance de la velada, acompañado de un sólido ensamble instrumental conformado por Juan Farias Gómez (teclado); Amilcar Ábalos (bajo); Alejandro Tula (percusión) y su hijo Juan Salinas, también en guitarra, que lo acompañó en el contrapunto de “Zamba en mi”.
Con la pasión que lo viene acompañando durante toda su carrera, fue atravesando sin ataduras un ecléctico repertorio que amalgamó folclore, con melodías de zambas y chacareras, la cueca “A Mendoza” y homenajes a baluartes de la cultura musical del país como Adolfo Ábalos o Carlos Gardel. Moviéndose cómodamente entre la música ciudadana y el folclore, la ductilidad del guitarrista y el músico se combinaron logrando una fusión impecable, que un Teatro Plaza repleto agradeció de pie.
De esta manera, un cierre inmejorable rubricó dos noches de un festival musical encendidas por las letras comprometidas de artistas de nuestra provincia y el país.
Por Diego Echenique
9 mayo, 2016