El carro del Municipio representa una fusión entre la tradición y la vanguardia tecnológica. Será un tributo al legado de las cajas lumínicas, una pieza fundamental para la realización de la fiesta máxima de los mendocinos.
El carro del Municipio representa una fusión entre la tradición y la vanguardia tecnológica. Será un tributo al legado de las cajas lumínicas, una pieza fundamental para la realización de la fiesta máxima de los mendocinos.
Desde su primera aparición en la “Vendimia Mágica” de 1969, estas estructuras han evolucionado constantemente. De manera tal que, se han convertido en un símbolo inconfundible de la Fiesta Nacional de la Vendimia.
La magia de este arte tan antiguo estará en el vehículo que escolte a la Reina Departamental Olivia Chretien y la Virreina, Emilia Fernández, junto a la corte 2025, el próximo Viernes 7 en la Vía Blanca y el día 8 en el Carrusel.
Cabe destacar que, las cajas lumínicas enmarcarán la presencia de las soberanas. Además, ofrecerán una experiencia visual única, enriquecida con pantallas de LED. Así, se proyectarán imágenes de la corte 2025 y paisajes emblemáticos del departamento.
En primer lugar, durante la Vía Blanca, el carro se bañará con luces vibrantes para potenciar su presencia escénica.
Mientras tanto, en el Carrusel del día siguiente, la pintura y las ilustraciones tomarán el protagonismo.
De esta manera se podrá apreciar un doble impacto visual, ya que el diseño podrá ser apreciado tanto en horario nocturno como diurno.
Esto asegura que el relato festivo y estético de la propuesta se mantenga coherente y sea atractivo en todo momento.
Igualmente, el equipo técnico de la Dirección de Cultura de la Municipalidad, encabezado por Lito Cortés, fue el encargado de construir la escenografía del carro vendimial.
La misma está basada en la técnica tradicional que se utiliza para la elaboración del sistema de cajas lumínicas: teniendo como base madera de chapadur, se crean bastidores que sostienen el diseño y costillas de chapur que perfilan las ilustraciones.
Más tarde se aplica pintura de lámparas y un sistema de cableado que controla los efectos lumínicos desde una consola.
Este meticuloso proceso resalta la destreza artesanal y técnica que Mendoza ha perfeccionado a lo largo de los años, realizando así un homenaje a un oficio único en el mundo y declarado patrimonio provincial.
Las cajas lumínicas se han convertido en un orgullo para todos los mendocinos y una marca registrada en la celebración que mejor representa nuestras tradiciones.
El origen de dichos dispositivos se puede rastrear en la “Vendimia Mágica” (1969) y el “Viñador Celeste” (1970), ambas dirigidas por Eduardo Hualpa.
Allí se pintaron las primeras lámparas, para crear un alto impacto lumínico- escenográfico, a cargo de Jorge Iñarra Iraegui y Lidio Gonzalez Werten.
Sin embargo, tomaron un mayor protagonismo visual en la “Vendimia de Cristal” (1971) dirigida por el poeta Abelardo Vázquez.
En esa ocasión el piso del escenario en resina translúcida se iluminó en su interior y la escenografía contaba con grandes pantallas en cajas lumínicas.
Finalmente, en la “Vendimia de América” (1972) y “Vendimia fantástica” (1973), ambas con dirección de Abelardo Vázquez, toman una dimensión jamás vista en espectáculos populares.